domingo, 5 de febrero de 2017

Reflexiones de un Brócoli

Creemos ser dueños de la verdad. Creemos que lo que nosotros vemos es la única percepción posible. Estamos tan encerrados en nuestra propia burbuja, en el mundo que creemos que es el correcto que nos negamos la oportunidad de aprender. Nunca te has preguntado ¿por qué? Está científicamente demostrado que no vemos ciertas longitudes de onda o que no escuchamos con nuestros maravillosos oídos determinadas frecuencias, entonces ¿por qué creemos que nuestra manera de ver el mundo es la correcta?


Pasamos la vida creyendo que somos poseedores de la razón y diciendo a otros lo que deben hacer o no, sin darnos cuenta de que en verdad no sabemos nada y de que lo que para ti puede ser una nimiedad o una falsa, es el centro del universo de cualquier otra persona. Y que esa persona podría enseñarnos de la vida cosas que por arrogancia no estamos dispuestos a aprender… porque juzgamos.

Juzgamos, juzgamos sin parar, ese no tiene cultura…, ese otro está loco…, aquel de allá no sabe lo que hace… debería…, tendría… ni si quiera sabemos hacernos felices a nosotros mismos pero nos ocupamos de decir a los demás que deben hacer con su vida o como deben encontrar su propia felicidad.

Mientras plantaba brócoli:
Aprendí que no soy nada.
Aprendí que es mejor escuchar que imponer.
Aprendí que no es más listo el que más estudios tiene.
Aprendí que no es mi verdad la que impera.
Aprendí que las cosas existen no porque yo las veo.
Aprendí a compartir las creencias de otras personas,
dejándolas descansar al lado de las mías propias.  
Aprendí que la autenticidad de las personas no está
en relación  con el grado de desarrollo económico.
Aprendí que compartir lo que tengo, puede que me haga tener menos,
pero me hace ser más.
Aprendí que es importante calzarte los zapatos de los otros,
sobre todo de aquellos que te quieren y que a veces no piensan como tú.
Entre plantas de brócoli aprendí que el amor, la bondad
y el respeto quieren mover mi mundo.

No reniego de lo que soy, ni me apeno de lo que ya cargo conmigo, tan solo quiero complementar  lo que ya traigo en mi mochila desde allá, con lo que voy encontrando acá. Quiero escuchar, quiero ver, quiero sentir y quiero ante todo compartir.

Alguien me hizo algunas  preguntas en estos días  que me hicieron pensar: “¿Quién tiene más valor, alguien que es luz en medio de la luz, o aquel que encuentra su lugar y felicidad en medio del caos?”, “Cuando una lombriz sin ojos les dice a las demás que existe la luz, estas otras lombrices piensan que la primera está loca pero ¿será acaso que la luz no existe porque la lombriz no tiene ojos y no la ve?”


Evidentemente la luz está ahí y también el caos, hay momentos en los que la situación no es lo favorable que nos gustaría, pero ante todo decido dar todo de mi para ser mejor persona, y así poder ser un poco más feliz. Decido dar de mi un poco de mi luz que ayude alumbrar también caminos ajenos, no importa cuáles. Las cosas suceden por algún motivo y cada acción nos lleva a ser quien somos. No sé cuantas cosas más me queden por conocer pero sea como sea tengo la mente y el alma abiertos para recibirlo.

Y todo esto lo aprendí, plantando Brócoli.


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